40.- BOCA BIEN CERRADA



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Que pudiera yo decirde aquello que me habla
si mi lengua jamás lo engaña
en otro cuerpo de hojas blancas que no sean las migajas.
Es cierto que también formo la corriente
junto a otros intrigantes
para los cuales tengo abiertos mis roperos
con su mar de telarañas.
Y si alguna vez se abrió mi texto
fue para decirles que no entiendo
que lo mejor sería callarse.
Es lo funesto.